domingo, 21 de septiembre de 2008

"La brevedad de la vida".... de Séneca


"La mayor parte de los mortales se queja de la malicia de la naturaleza, porque somos engendrados para un tiempo escaso, porque estos espacios de tiempo que nos da discurren tan velozmente, tan rápidamente, que, salvo muy pocos, a los demás la vida los deja plantados en los propios preparativos de su vida.
Qué tarde es empezar a vivir precisamente cuando hay que dejarlo. Que necio es diferir hasta los cincuenta o sesenta años los buenos propósitos y querer comenzar la vida desde un punto donde pocos la han prolongado!
Ninguno se ocupa de si mismo, cada uno se desgasta por el otro. Aquél es servidor de aquél, éste de aquél,; ninguno es su propio dueño.
Pasas la vida sin dignarte a mirarte ni a escucharte, cuando has estado con otro no ha sido por ese simple placer sino por no poder estar contigo.
En tres etapas se divide la vida: la que ha sido, la que es, la que va a ser. De ella, la que estamos pasando es breve, la que vamos a pasar, incierta, la que hemos pasado, segura.
El obstáculo mayor para vivir es la espera, que depende del día de mañana, desperdicia el de hoy.
Haz memoria de cuándo te has mostrado firme contigo mismo en tus propósitos, de cuántos de tus días han terminado como tú habías previsto, de cuándo has tenido provecho de ti mismo, cuándo una expresión natural, cuándo un espíritu intrépido, qué obras tuyas quedan hechas en un largo tiempo, cuántos te han robado la vida sin que tú te percataras de lo que perdías, cuántos se han llevado el dolor inútil, la alegría necia, la codicia ansiosa, la conversación hueca, qué poco te han dejado de lo tuyo: comprenderás que mueres prematuramente""La mayor parte de los mortales se queja de la malicia de la naturaleza, porque somos engendrados para un tiempo escaso, porque estos espacios de tiempo que nos da discurren tan velozmente, tan rápidamente, que, salvo muy pocos, a los demás la vida los deja plantados en los propios preparativos de su vida.
Qué tarde es empezar a vivir precisamente cuando hay que dejarlo. Que necio es diferir hasta los cincuenta o sesenta años los buenos propósitos y querer comenzar la vida desde un punto donde pocos la han prolongado!
Ninguno se ocupa de si mismo, cada uno se desgasta por el otro. Aquél es servidor de aquél, éste de aquél,; ninguno es su propio dueño.
Pasas la vida sin dignarte a mirarte ni a escucharte, cuando has estado con otro no ha sido por ese simple placer sino por no poder estar contigo.
En tres etapas se divide la vida: la que ha sido, la que es, la que va a ser. De ella, la que estamos pasando es breve, la que vamos a pasar, incierta, la que hemos pasado, segura.
El obstáculo mayor para vivir es la espera, que depende del día de mañana, desperdicia el de hoy.
Haz memoria de cuándo te has mostrado firme contigo mismo en tus propósitos, de cuántos de tus días han terminado como tú habías previsto, de cuándo has tenido provecho de ti mismo, cuándo una expresión natural, cuándo un espíritu intrépido, qué obras tuyas quedan hechas en un largo tiempo, cuántos te han robado la vida sin que tú te percataras de lo que perdías, cuántos se han llevado el dolor inútil, la alegría necia, la codicia ansiosa, la conversación hueca, qué poco te han dejado de lo tuyo: comprenderás que mueres prematuramente"

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