Es como si la vida
me estuviera dando un cálido y afectuoso beso,
como si me estuviera abriendo de par en par
las puertas de su corazón,
abrigándome con su amor.
Y todo porque encontré un corazón
noble y joven, que supo juzgarme
con sabiduría, serenidad, compasión, justicia
y comprensión, algo en lo que no somos
muy doctos los humanos.
Es como si ese corazón
hubiera captado el vuelo tímido
de mis antiguos sueños,
abandonados a su suerte
en el velo del olvido
y condenados a convertirse
en polvo de estrellas,
en polvo de estrellas,
tan escondidos,
que ya habían dejado de existir.
Pero una estrella poderosa y bondadosa
los reconoció
y decidió reavivarlos con su luz benevolente,
y por eso ahora renacen
en el sol de mi horizonte.
A veces pienso, ¿me he topado con el corazón y la luz de un hada?
Un corazón
que ha provocado
que el mío estalle de agradecimiento…
Allá donde estés,
gracias por tu magia.
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