miércoles, 27 de agosto de 2008

Una Petición y una Esperanza


" En este último tiempo, oscuras nubes tapan el cielo, que anhelo me de su luz"


Cuando siento que los problemas se engarzan en las veredas de mi vida, se me oscurece el horizonte, apagando los fuegos del ocaso.


Quando el dolor y las desesperanzas con sus colmillos de hierro muerden la tranquilidad vivida, siento que por muchisimo tiempo no volveré a sonreir.


Es como cuando el insomnio me abraza cubriendo mis ojos para que nunca vea llegar la madrugada.


Ya la desesperanza se ha instalado en mi hogar, habitando cada rincon dee la casa, riendose sarcásticamente al ver mi rostro y de los que quiero pintados de angustia.


La falta de oportunidades se ha tranformado en un gigante egoista que crece y crece alimentandose cada dia que pasa, con los pedezos mojados de sentimientos petrificados por la agonia.


Hoy siento mucho desconsuelo y no lo puedo evitar, porque cinicamente me crieé un cuento de promesas que nunca lllegaron.


Ya no se que hacer paraa lograr revertir este presente tan incierto.


Sin embargo, a pesar de mi fragilidad y de todo este mar de preocupaciones tan potentes como un alud, aún me queda un escaso halo de creencia, de que talvez en algun momento regresará la bonanza a los campos de mis ilusiones y fecundará mi vergel de optimismos.


Con la luna golpeando mi ventana acompañando mi afliccion, he nacesitado regresar a mis lagrimas de esperanza, porque siento que en mi jardin serás la ultima flor que marchite ante la sequia de estos tiempos en que estoy existiendo.


Siento que mis lluvias de tristezas no seran en vano, sino que fertelizaran el terreno pantanoso y lo dispondran como un milagro para que llegue al fin... la primavera.


Por el momento me comforto en la oracion de mi fé, aguardando en el silencio el consuelo que tanto necesitamos.


Ese consuelo que me brinde a mi y a los mios las palabras justas para decir emocionadamente que valieron la pena todos estos dolorosos momentos; para decir que nunca estamos solos y que invariablemente al final del tiempo siempre habrá una mañana mejor, aunque ahora estemos ciegos.

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